domingo, 22 de enero de 2012

Algo más que un guía

Una vez comenté en este blog cómo debe ser la figura de un guía de atletismo. Hoy dejo un ejemplo de lo que hablé en su día.

Llevo desde el mes de agosto entrenando sin la ayuda de mi querido amigo Fernando, que como muchos de vosotros sabéis está lesionado. Desde entonces ando buscando un sustituto que reúna alguna de las importantes condiciones que ha de tener: buen nivel y, sobre todo, buena persona.

Ha sido muy difícil. Cuando encontrábamos al posible candidato, nos fallaba su disponibilidad, lógicamente el trabajo, la familia o sus aspiraciones atléticas personales nos hacían desistir en el intento.

Ya empezado el mes de enero, la preocupación por no encontrar a nadie iba en aumento, pues llegan las fechas de afinar para las marcas, y no tocar pista ni competir adecuadamente es un hándicap demasiado duro de superar.

De repente, en una de estas mañanas del mes de enero, se me ocurrió una posible solución. La idea, a priori, parecía descabellada, pero algo en mi interior me decía que debía intentarlo. Se trataba, ni más ni menos, de proponérselo al chico que me ayudó a batir mi récord de España en la final de 5.000 m. del pasado Mundial de Nueva Zelanda. En ese momento, nunca habíamos corrido juntos y lo hicimos, nada más y nada menos, que en la final del Mundial. Fue un gesto, que nunca olvidaré, pues con mi otro guía lesionado él se prestó a ayudarme a la primera de cambio: Oriol Sellarés Martínez, un gran atleta de Cataluña y una gran persona.

Yo vivo en Talavera de la Reina (Toledo) y Oriol en un pueblecito de Barcelona, es decir, la distancia entre nosotros es considerable, aún así tenía que intentarlo. Cogí el teléfono y después del saludo inicial, ya se dibujaba en mí una gran sonrisa de satisfacción y alegría. La voluntad de ayudarme fue instantánea. “No te preocupes que la semana que viene bajo a Toledo, entrenamos cuatro o cinco días y hablamos para ver qué fórmula se nos ocurre para tener, al menos, dos periodos de entreno al mes.

De esto es de lo que os he hablado siempre de la figura de un guía de atletismo. ¡Increíble la suerte que tengo de encontrarme gente así!

Vamos a intentarlo, mejor dicho vamos a conseguirlo. ¡A por todas Oriol!