lunes, 14 de marzo de 2011

Recuperando sensaciones

¿Qué te empuja? ¿Qué hace que te dejes la vida en cada entrenamiento? ¿Qué proceso mental hace que cuando estás al borde de la extenuación tu cuerpo siga soportando el sufrimiento y encima se crezca ante el esfuerzo?

Es, sin lugar a duda, la MOTIVACIÓN, el proceso por el cual la mente es capaz de reorganizar tu sistema y parar las alertas que indican que hay que parar, que la tensión sube, que la deshidratación está aumentando, el lactato está por las nubes y estamos casi ante el colapso.

Si estas realmente motivado y haces que ese proceso se mantenga, darás el cien por cien de tu capacidad. Esta cualidad que tiene el ser humano es algo que hay que trabajar, no vale con que estés motivado el día de la prueba, es un proceso que hay que cultivar a diario y para ello se ha de poner empeño y sacrificio. Hay que rodearse siempre de un ambiente positivo, intentar evitar situaciones negativas y rodearse de amigos, familia y compañeros de entreno que aporten ganas de vivir, de reír, de sentirse parte de ellos y a la vez ellos parte de ti. Piensa que el deporte que practicas es algo más que un rodaje por el campo, en nuestro caso, es una profesión dónde cada vez hay más gente con calidad y que se prepara a conciencia para intentar superarte. Cualquier cosa puede desestabilizarte y si no cuidas todos los detalles es muy seguro que no llegarás a dar ese cien por cien tan necesario para cumplir tu objetivo.

Las series, los rodajes kilométricos, los entrenamientos de fuerza, la alimentación y el descanso, entre otras muchas cosas, no son suficientes para obtener el rendimiento óptimo si no cuidamos este importante aspecto que es la motivación. Recuerda que es el proceso que mueve todos los demás.

Así pues, vuelve a tus raíces y busca en tu Interior. Recupera sensaciones. Acuérdate porqué te metiste en este mundo y hasta dónde quieres llegar, o si ya has llegado, piensa qué te motiva a seguir y mantenerte en lo más alto.

En mi caso, he vuelto a recordar sensaciones, aquellas sensaciones de mi primer Campeonato de Europa, la ilusión de entrenar y dejarme el alma en cada entreno, la de compartir mi sufrimiento con mi guía, la de la alegría de realizar buenos entrenos y ver que el que va a tu lado siente lo mismo que tú.
He vuelto a mis principios, a la ilusión de toda mi vida, al sueño de intentar convertirme en un gran maratoniano. Esto para mi es lo más grande, este intento de alcanzarlo ya me enriquece y me da fuerzas para seguir luchando. Me encanta entrenar largo, hacer series interminables y rodajes a ritmo vivo. Con estos entrenos llega un momento en el que cuerpo y mente no sólo son uno, si no tres. Aparece tu yo, tu interior se muestra para ti y es algo realmente espectacular, es una sensación de paz y tranquilidad que encuentras para tu disfrute y tu conocimiento. Es cuando pones el piloto automático y te dejas llevar por sensaciones que sólo encontrarás en ese preciso momento. A partir de ahí, sólo hay que dejarse ir y esperar a que la realidad nos devuelva a nuestro estado normal y entonces repetir el proceso para intentar volver a ese espacio-tiempo tan particular.

Después de entrenar así llega una sensación que te invade y te reconforta de tal forma que te deja nuevo y preparado para la próxima.

Quizá te parezca exagerado, o no, pero es lo que yo veo, lo que siento y por lo que lucho. Es mi manera de ver los 42 kilómetros 195 metros y todo lo que llevan intrínseco.

Quizá tu sientas lo mismo, ¿no?