domingo, 22 de mayo de 2011

Más difícil todavía...

Cuando queda poco más de un año para las Paralimpiadas de Londres 2012, parece que las cosas se ponen cada vez más difíciles. Hasta ahora contaba con la ayuda de mi club para poder seguir dedicándome por completo a lo que es la vida de un deportista de élite, es decir, preocuparme sólo y exclusivamente de entrenar, descansar, cuidarme y competir. Ahora ya no va a ser así.

Mi club cubría mis desplazamientos a las competiciones, los gastos que le generaba a mi guía venir a entrenar a mi ciudad tres o cuatro veces a la semana, lo que suponía unos 160 kilómetros por cada viaje, además del material deportivo que necesitaba. Todas estas ayudas se han acabado, por lo que la situación cambia drásticamente. Para empezar, si quiero seguir entrenando con uno de los mejores atletas que ha dado nuestro país, seré yo quien tenga que viajar a Toledo, teniendo que usar un transporte que me supone tres horas de viaje diarias, comer de mala manera, volver a coger el autobús y, por supuesto, buscarme un trabajo que me permita compaginar todo esto, algo bastante difícil dada mi situación.

Con estas expectativas no sé cómo algunos pretenden que estemos a la altura de los mejores del mundo. Creo que en el corto periodo de tiempo que llevo en mi carrera deportiva he hecho méritos más que de sobra para que se contemple, al menos, la posibilidad de ayudarme económicamente para poder seguir mejorando, además creo que tengo proyección de futuro y, aunque por desgracia en Londres no tendré mi prueba de maratón, soy muy capaz de mejorar muchísimo mi marca de 5.000 m. y mi puesto del Mundial, que por otro lado, todos sabemos con el hándicap que conté. Nunca me ha gustado hablar de mis resultados, pero creía que eran suficientes para que se apostara por mí.

En mis últimos entrenamientos, he vuelto a disfrutar con Fernando de los rodajes a ritmo por el canal que rodea Talavera, con arboledas entrecruzándose a lo largo de todo el camino, con el sonido de los pájaros que con su canto anuncian el buen tiempo, también de días lluviosos y espectaculares donde nos hemos puesto como auténticas sopas, y sin embargo, los kilómetros han resultado de lo más emocionantes; he vuelto a emocionarme en la elíptica de mi casa y a sentir como se me pone el vello de los brazos de punta al mismo tiempo que aumento el ritmo con la música de fondo; he vuelto a tocar la pista y en tan solo tres sesiones me he puesto los clavos y he vuelto a creer en mí, con Fernando estoy seguro de lo mucho que puedo mejorar. Ahora se nos presenta el Campeonato de España y, aunque vamos cortos de entrenamiento, lo vamos a dar todo.



El caso es que, al parecer, sí que valgo para seguir en esto, pero sin ayudas económicas. Así es difícil mantener el altísimo nivel que se pide.
Por suerte, sigo contando con la inestimable ayuda de mi guía, Fernando Rey, de David, de Javi, de Juanan y de una de las personas que más me han ayudado a llegar hasta aquí. En más de una ocasión se me ha pasado por la cabeza dejarlo todo, es muy difícil mantener la motivación ante tantas adversidades.

Creo que ya he encontrado la motivación que me faltaba: en cada entrenamiento, en cada competición, en cada pensamiento de mejora estará presente lo que para mí ha sido y es el alma de ese club. Tengo algo a mi favor y es que cuanto más duro me den y más abajo caiga, más fuerte me hago y con más ganas me levanto.
Seguiré intentándolo con todas mis fuerzas, hasta que no pueda más.